Lic. Raul Barrios
Psicologo y Prof. de Ed. Fisica. Titular Catedra Psicologia del deporte. UBA.
…“ Ahora los clubes europeos, y algunos latinoamericanos tienen psicólogos, como las fábricas: los dirigentes no les pagan para que ayuden a las almas atribuladas, sino para que aceiten las maquinas y eleven su rendimiento. ¿Rendimiento deportivo?…(1)
Abunda, en el particular, mundo del deporte (jugadores, entrenadores, periodistas, dirigentes, público), referencias cerca de: la importancia del factor mental en el rendimiento deportivo, a la falta o exceso de confianza o motivación de tal o cual jugador, a la desconcentración en una jugada clave del partido, etc. En la literatura especifica del deporte, esta más que presente la necesidad de incorporar todos los elementos que las ciencias aplicadas puedan brindar, entre ellas la Psicología del Deporte y por supuesto la figura – rol – del Psicólogo del Deporte, por ejemplo, como integrante de un cuerpo técnico, o como asesor externo de un deportista individual. Cualquier libro que hable de rendimiento deportivo menciona el factor psicológico como parte importante de este rendimiento, junto con los factores físicos, la técnica individual, la táctica o la estrategia. La evidencia es cada vez más contundente, podríamos decir que en la mayoría de los casos existe semiplena prueba de lo desequilibrante que resulta la tan mentada cuestión psicológica a la hora de desnivelar un resultado o batir un record, o simplemente disfrutar de una competencia.
Aunque las limitaciones fisiológicas del ejercicio físico sean importantes, los factores psicológicos resultan decisivos para ganar o perder: determinan el grado en que un atleta es capaz de conocer cómo puede aproximarse a sus límites absolutos. (Bannister, 1980).
Permanentemente escuchamos o leemos comentarios en relación a lo determinante del factor psicológico, no solamente por parte de la prensa especializada, sino también por boca de los mismos actores, o sea los deportistas, los entrenadores, los médicos deportólogos, etc. Entonces, como decía un amigo, (ahora en el exilio) ¿POR QUE NO NOS LLAMAN? He aquí la cuestión.
El planteo es: cuan involucrados estamos nosotros los especialistas en Psicología del deporte, es decir cuan responsables, o no, somos nosotros mismos de que no estemos a esta altura de la vida deportiva instalados ya en el Rol, como nosotros entendemos que debemos estar y como todos parecen estar convencido de que debemos estar.
¿Es un problema de demanda?
¿Es un problema de mercado?
¿Es un problema de marketing?
¿Es un problema de falta de capacitación?
En definitiva es un problema nuestro, y en todo caso el estar es una responsabilidad también nuestra, de eso es de lo que nos tenemos que hacer cargo. Ya no le podemos seguir echando la culpa a las malas experiencias anteriores, aunque estas hayan tenido en su momento una decisiva influencia en la aceptación e integración del rol, o al desconocimiento por parte de los entrenadores, que a esta altura de los acontecimientos ya más que desconocimiento, es negación, y me animo a decir que es negación como mecanismo de defensa.
Nosotros, los que nos dedicamos a esto, los que pertenecemos a la APDA, estamos convencidos de los valiosos aportes que les podemos brindar a los principales actores de la escena deportiva nacional para la consecución del éxito deportivo. Estamos convencidos, y no es una mera cuestión de creencias de que “la psicología sirve”, como se suele escuchar por ahí.
Es cierto que aún, y en este bendito país más que en otros, existe la creencia de que solo estamos para atender a personas con problemas, que si un deportista acude a un psicólogo debe andar mal de la cabeza. Existe también la presunción, maliciosa a mi entender, fundada o no, de que queremos meter el diván en el deporte; de que vamos a terminar manejando el grupo a tal o cual entrenador, de que vamos a ser “buches de los dirigentes” o del mismo DT.
Es en este contexto, contradictorio para mi, que nos tenemos que ganar un lugar, (a fuerza de insistir) y naturalizarlo. Parafraseando a Nelly (*), “hacernos necesarios para el otro”. Contradictorio por que es apabullante la evidencia de la “importancia” de nuestra presencia, pero a la vez es también no menos apabullante la resistencia que se nos tiene, aun cuando los últimos eventos deportivos nos han demostrado claramente la importancia de adoptar una concepción global deportiva para obtener resultados positivos.
Estamos dando pasos cortos pero firmes hacia nuestro objetivo, estamos emitiendo señales hacia el planeta deportivo que no están siendo decodificadas en la medida en que a nosotros nos gustaría, estamos generando en los distintos lugares de trabajo resultados más que satisfactorios, (los casos mas resonantes son: el de Marcelo ROFFE (*), en las selecciones juveniles de fútbol de la AFA, y el trabajo de Nelly Giscafré con Las Leonas) estamos investigando, estamos capacitándonos permanentemente y formando a más colegas.
¿Qué nos falta? Nos falta recorrer mucho mas camino del que ya hemos recorrido, golpear mas puertas de las que ya hemos golpeado, generar más proyectos de los que ya hemos generado, convencer o persuadir a quienes todavía no lo están. Nos falta, creo yo, involucrarnos un poco mas como Institución, como equipo de trabajo, en crear la necesidad en el otro, en el OTRO, en el otro de la cultura en definitiva en el otro del universo deportivo, este es nuestro próximo y permanente desafío como Psicólogos del Deporte.
Para terminar y darnos aliento quiero contar lo siguiente: En el año 1943 se recibe de Profesor Nacional de Educación Física un Kinesiólogo, en el año 1944 ingresa al fútbol como preparador físico. Fue y es considerado por todos como un revolucionario. En aquel entonces consiguió y fue el primero en hacerlo: que los jugadores se entrenaran todos los días de la semana, fue el primero en introducir entre ellos la actividad grupal, en convocarlos a la autocrítica, en vislumbrar las ventajas de realizar trabajos de pretemporada y en organizar para la AFA, la Escuela
de Directores Técnicos. Estoy contando parte de la historia de ADOLFO MOGILEVSKY, un auténtico innovador como preparador físico en el fútbol argentino. Un ejemplo para tener siempre presente.
BIBLIOGRAFÍA:
* Eduardo GALEANO. El fútbol a sol y a sombra. Ed. Catálogos. (1995)
* F. C. BAKKER; H. T. A. WHITING; H. van der BRUG. Psicología del deporte.
Conceptos y aplicaciones. Consejo Superior de Deportes. Ediciones Morata, S. L.
(1993)
* EL GRAFICO. N° 3855. 24 de agosto de 1993. Reportaje a Adolfo Mogilevsky.